domingo, 15 de marzo de 2009

SEGUNDA SALIDA - LA ISS

Esta segunda salida de La Mula Coja ha sido menos arriesgada que la primera. Ha tenido lugar dentro de los límites de Leganés. Los excursionistas (mulos y mulas, en nuestro particular argot) han sido: Pablo, Paula, Adrián, Gema, Nano, Juáncar, Rosi, Teresa B. y Carlos C.G.

El invierno ha sido muy duro, un invierno de los de antes, como dicen los viejos. Por eso La Mula Coja no ha salido del establo ni por casualidad: si con buen tiempo el Tío del Mapa puede perdernos sin despeinarse, con mal tiempo y nieve en las sierras no regresaríamos ninguno, como le ocurrió al capitán Scott cuando fue al Polo Sur.

El motivo de la excursión ha sido el paso de modo visible por los cielos de España de la Estación Espacial Internacional (ISS). Según la página web oficial de la ISS, pasaría visiblemente por encima de Leganés el domingo 15 de marzo de 2009, aproximadamente a las 20 h. 45 min. Habíamos de fiarnos del Tío del Mapa, que por lo visto también sabe de mapas celestes.

A las 7 de la tarde dejamos los coches en aparcamiento del Spar del Arroyo Culebro. El aparcamiento del Parque de Polvoranca rebosaba de coches, como una plaga de langosta en un campo de trigo. La gente se ha animado a salir como los lagartos en cuanto han aparecido los primero rayos de sol. ¡El dominguerismo es así!

Por el carril bici bajamos hasta el paso inferior de la autopista que parte en dos la zona de Polvoranca que va desde la Ermita hasta la vía del tren que une Leganés y Fuenlabrada. Hacía buena tarde pero, cuando pasamos al lado de la Ermita, corría un biruji molesto, que fue in crescendo. Ya comenzaba la anochecida.

Venus se veía perfectamente en el oeste, como el foco de una farola colgado en el firmamento. ¡Cuántos aviones pasaban camino de Barajas! Hicimos tiempo por allí deambulando, hasta plantarnos en la ladera que baja del Antiguo Mirador del Maestro al comienzo del Camino San Dimas. Unas chuches deliciosas aportadas por la familia G.B. amenizaron la espera. Con los prismáticos se veían titilar las estrellas; los planetas, sin embargo, permanecían fijos. ¡Lo que son las cosas! Hacia el Norte, detrás del edificio de Tabacalera y de la antena de Telefónica, la ciudad de Madrid desprendía un arco luminoso, una reverberación de luz que ocultaba cualquier astro que se situara por encima de ella. No sólo padecemos la contaminación de los humos, también la lumínica, que nos impide disfrutar de noches estrelladas en Madrid cuando la Luna está ausente.

Cuando nadie creía que la ISS iba a aparecer, una luz comenzó a desplazarse desde el Sur-Oeste hacia nosotros. ¡Era ella! El grupo lanzó algunos vítores y el Tío del Mapa respiró tranquilo. La ISS continuó su periplo por encima de nuestras cabezas y se perdió en dirección Norte. ¡Éxito total! ¡Por una vez algo nos sale bien! Los astronautas estarían ajenos a nosotros, centrados en sus experimentos, pero a nosotros nos hizo mucha ilusión “verles”.

Muy contentos regresamos por la rotonda de Valdepelayos, dando fin a las bolsas de chuches. La noche se iba cerrando más, aunque el halo de luz (contaminación lumínica, ya sabéis) nunca desapareció. Nos planteamos hacer una marcha hasta el refugio del Guijo de Santa Bárbara, para pasar allí la noche y hacer una observación astronómica en toda regla. Todo se andará.

Hechas las despedidas, montamos en nuestros vehículos y cada mochuelo a su olivo, que al día siguiente había que currar.

Nota:

Dos días después, el martes 17 de marzo de 2009, en pleno centro urbano de Leganés, desde la terraza del Tío del Mapa, él, Pablo, Paula y El Cronista vieron de nuevo la ISS todavía con mayor claridad. Era seguida por otro punto luminoso, el SATTLE, que orbitaba detrás de la ISS, con el fin de unirse a ella e instalar unos paneles solares. Una visión única e irrepetible. El cielo, hay que reconocerlo, es muy interesante. ¡Si Galileo en su época hubiera tenido los medios que tenemos ahora!

Adiós.
El Cronista.

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