viernes, 2 de diciembre de 2011

RG 4 A-211111

RG 4 A-211111

UNA ESCAPADA DE ENSUEÑO:

El día 19 de Noviembre de 2011, un subgrupo del grupo ENAMORADOS SIN FRONTERAS, (Ángel y Ana Mari; Dimas y Mercedes), se ausentaron de la gran ciudad para adentrarse en el mundo rural.

Se dirigieron al Hotel Rural (La Senda de los Caracoles), situado en el término municipal de Grado del Pico (Segovia), en los confines de Segovia en el límite de las provincias (Segovia, Soria y Guadalajara). Un lugar de en sueño, la estancia empezó con un circuito de SPAS, y después una comida copiosa acompañada de un vino de la tierra, junto a luz de la candela con lumbre de las de verdad. La luz de la candela, y la abundante lluvia que caía en zona, hacían aún si cabe, más romántico el día.

Por la tarde al finalizar la comida, y sin prisa, sin estrés, pues estábamos en plena naturaleza nos fuimos a visitar la Iglesia de Pedro, según nos comentó la dueña del hotel, una iglesia de origen romántico que según se dice es la más antigua de España. Después continúo el paseo turístico y nos fuimos a ver las ruinas de Tiermes, ruinas de un pueblo celtíbero donde según cuentan las crónicas las noches de luna llena celebran una gran fiesta.

La tarde noche terminó en Ayllón, ese pueblo segoviano lleno de historia. Allí cayeron unos cuantos vinos de la de la tierra acompañados de algunos productos de la zona. Sobre las 21,30 horas pusimos rumbo a La senda de los Caracoles, ese romántico lugar, donde las noches de amor y luna parecen no tener fin. Una vez en la Senda, nos fuimos a la salita, muy acogedora y familiar, donde degustamos un ron brugar acompañado de una distendida tertulia hablando de las cosas de la vida.

Entorno a las 0,00 horas nos retiramos a meditar a la habitación, la noche se presentaba larga, pues tratándose de los ENAMORADOS S/F, tocaba hablar de amor, y por supuesto hicimos honor a nuestro nombre se meditó y se habló de amor hasta la madrugada.

El día 20-11-11, no fue peor, el día empezó con un copioso desayuno junto a la chimenea del salón comedor, le dijimos a la dueña, que el sito nos había gustado para hacer el congreso de los enamorados, cunado ustedes quieran, nos dijo, pero nos tienen que llamar con tiempo, solemos estar llenos.

Al terminar el desayuno tocaba hacer la maleta, pagar y despedirse, hasta otro día señora, volveremos de nuevo si Dios quiere, cuando ustedes quieran, buen viaje.

Antes de poner rumbo a Riaza, paramos en Grado del Pico, para ver su Iglesia, parecía un pueblo fantasma, le comenté a Ángel Alhambra, que tristes son los pueblos de Castilla, nada que ver con el esplendor y la alegría de Andalucía.

Por fin llegamos a Riaza, su plaza es preciosa, el pueblo en si es encantador, los coloridos del otoño lo hacia mas romántico, vamos a tomar un vino le dije a Ángel, nos metimos en un bar de la plaza, un sitio con buen ambiente y muy acogedor, hasta dos veces le dijimos al camarero que llenara.

Sobre la 13,30 horas cogimos la carretera dirección Madrid, no íbamos perdidos, pues antes habíamos previstos parar en Montejo de la Sierra, un pueblo precioso metido en plena sierra, pasado el Puerto de Somosierra, dirección Madrid. Ángel se acordaba que hace tiempo había comido allí unos judiones, y que pese al tiempo transcurrido, seis años, aún se acordaba.



Después de desviarnos de la A-1, hacia la izquierda y circular durante unos 25 kilómetros por una carretera muy estrecha, llegamos a Montejo de la Sierra, al llegar manifestó Ángel, yo ya no me acuerdo muy bien donde era, se que se llamaba “El Hayedo”, no había terminado de hablar y vimos una flecha que ponía “Mesón el Hallado”, aparcamos y nos fuimos enseguida haber si había sitio, buenas tarde caballero ¿tienen mesa?, me contestó con otra pregunta, ¿han reservado?, pues no mira que lo pensamos, pues un momento, bueno les tomo nota, unos 20 minutos. Nos fuimos a dar una vuelta, el pueblo estaba tranquilo, la gente estaba votando, pues era día de elecciones generales.

A la hora prevista volvimos al mesón, la mesa no estaba aún, ponga usted un vino, junto a la barra vimos a una mujer con pelo canoso, que parecía ser, la que fuera Ministra de Asuntos Sociales, en la época de Felipe González, empezó una especie de discusión entre nosotros, que si es, parece que sí, hasta que uno de los camareros zanjó la polémica, y dijo, si, es ella.

Acto seguido dijo el camarero, pasen señores, ya tinen la mesa, nos sentó junto a una chimenea, con lumbre de las de siempre al rojo vivo. Bueno, les digo lo que tengo, Ángel, exclamó, yo quiero judiones, están muy ricos, dijo el camarero, bueno pues a mi también judiones y un solomillo muy hecho, dije yo. Empezamos a comer, pero entre el vino y la luz de la candela aquello se puso al rojo vivo, Ana Mari, que se sentó junto a la candela, le dió un sofoco y hubo que cambiarle de prisa y corriendo.

Durante la comida surgió, una duda, los camareros cuatro hermanos, que por aspecto y la forma de su nariz, parecían vascos, alguien entre nosotros, exclamó, pues se lo tenemos que preguntar. De repente llego el camarero que nos atendía, que tal va todo, muy bien, y Ana Marí, aprovechó la ocasión ¿sois de aquí?, le preguntó, y contestó el camarero (no somos ni vascos ni navarros), no lo pregunta mucha gente.

Todo muy rico, tráiganos un café, y nos da la cuenta, en seguida vino el café y un chupito gentileza de casa, al fina tocamos a 30 €, pagamos y nos despedimos del camarero, aquí tinen ustedes una tarjeta, bueno caballero todo muy bien, hasta otro día, espero que la próxima vez no tarden ustedes seis años, no se preocupe que vendremos antes, si Dios quiere, Ya solo quedaba poner rumbo hacia Madrid para recorrer los últimos 60 kilómetros, y votar, en fin, como dice el titulo fue una escapada de ensueño.


Madrid, a 21 de noviembre de 2011.





Fd: Dimas Peláez Navero
(Socio del G enamorados S/F)

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